Tras descartar organicidad y gestación, se plantearía el diagnóstico de exclusión de hemorragia uterina disfuncional .8 La anemia, término griego que significa “sin sangre” (an: sin,y haima: sangre),9 aparece cuando hay un descenso en la cifra de hemoglobina, hematocrito y nú- mero de hematíes. Las anemias pueden clasificarse por su mecanismo de pro- ducción, según el tamaño de los hematíes o atendiendo a su condición de here- ditarias o adquiridas.10 La anemia ferropénica se debe a un déficit de hierro, debido a la carencia en sus reservas, lo que implica una eritropoyesis ferropénica, al no disponer la médula ósea del hierro necesario para sintetizar el grupo “hemo” de la hemoglobina.11 Los hematíes son más pequeños de lo normal, microcíticos e hipocrómicos.. Pre- sentan una anisocitosis relevante, lo que se traduce en un ancho de distribución eritrocitaria elevado, como reflejo de distintas poblaciones de hematíes, de di- ferente tamaño, provocado por el déficit de hierro/hemoglobina. El recuento de reticulocitos está disminuido en valores absolutos y en porcentaje.12 La sobreestimulación de la médula ósea, en ausencia de un aporte adecuado de hierro, produce una mayor proliferación de los megacariocitos, por lo que puede haber trombocitosis reactiva. El estudio de la anemia ferropénica se completa con los marcadores del meta- bolismo férrico. Una saturación de transferrina (proteína sérica transportadora de hierro) <20% indica que la médula ósea no recibe suficiente hierro. Depósitos de hierro bajosse ven reflejados en cifras de ferritina <30 ng/mL y hemoglobina corpuscular media <27 pg.13 Desde un punto de vista práctico, el origen de la anemia ferropénica puede de- berse al déficit de aporte de hierro en la dieta, absorción comprometida a nivel intestinal,incremento de las necesidades de consumo o por pérdidas excesivas de sangre. Por ello, una premisa importante para el tratamiento de la anemia es14 la identificación de la causa de la misma. Mientras se identifica el origen, se debe prescribir la sal ferrosa más adecuada y tolerada por los pacientes, así como realizar un seguimiento de los parámetros del hemograma. Se considera una respuesta terapéutica adecuada un aumento de la concentración de hemoglobina de al menos 2 g/dL después de tres semanas de terapia. Una vez corregida, se suele continuar con ferroterapia 3-6 meses, con 38