De forma universal, se debe realizar profilaxis con inmunoglobulina anti-D para las madres RhD negativas a las 28 o 30 semanas de embarazo y durante las 72 horas de la exposición materna a los eritrocitos fetales para evitar que la madre desarrolle anticuerpos durante el embarazo. Las madres RhD nega- tivas también reciben inmunoglobulina anti‐D posparto después de tener un recién nacido RhD positivo para reducir el riesgo de sensibilización durante el próximo embarazo.2 Sin embargo, llama la atención en este caso concreto, que la gestante había desarrollado isoinmunización a pesar de haber recibido profilaxis con gam- maglobulina anti-D en su anterior embarazo. No precisó vacunación tras el parto de su primer hijo puesto que este presentaba grupo sanguíneo 0 nega- tivo. Una hipótesis que puede explicar este hecho es que el primer hijo de esta paciente fuera en realidad Rh negativo, pero con expresión de factor Du. Los casos con factor Du positivo pueden presentarse fenotípicamente con Rh ne- gativo e inducir al mismo tiempo isoinmunización en la gestante, lo cual expli- caría la sensibilización inmunológica en este caso. Es llamativo, además, cómo la hermana de esta paciente presentó un hijo con enfermedad hemolítica perinatal que precisó transfusión intrauterina y ade- más una muerte fetal anteparto, debida probablemente a esta enfermedad. Esto podría sugerir que la familia de esta paciente tiene una variante genética del RhD no estudiada y que podría explicar la sensibilización. En cualquier caso, el grupo antigénico principal implicado en la isoinmuniza- ción es el Rh, y el anticuerpo más importante el anti-RhD. La mayoría de las guías utilizan como punto de corte de alto riesgo para enfermedad hemolítica perinatal un título de anticuerpos irregulares >1:16 (una cifra mayor implicaría alto riesgo).3 En el caso que nos ocupa, la gestante tenía títulos por encima de esta cifra que además se fueron elevando progresivamente a lo largo del embarazo. Aunque los controles ecográficos fueron normales, y el feto no mostró signos ni síntomas de anemia fetal4 (el control de la medición de velocidad máxima de ACM siempre estuvo en rango normal, y no aparecieron signos ecográficos de hídrops), finalmente el recién nacido desarrolló anemia severa que precisó 70