Es fundamental la presencia de un equipo multidisciplinar,entrenado y coor- dinado.1-3 Las medidas de soporte incluyen la oxigenoterapia, canalización de vías ve- nosas periféricas de grueso calibre, sondaje vesical,reposición de la volemia con soluciones con cristaloides en primer lugar y coloides si fuera preciso, mantener la temperatura corporal,fibrinógeno y hemoderivados si fueran ne- cesarios5, 7 . El tratamiento farmacológico de la atonía uterina se basa en la oxitocina como fármaco de primera elección4, 8, 9a dosis de 10 UI/h en perfusión intravenosa. El uterotónico de segunda línea es la metilergometrina a dosis de 0,2 mg intra- muscular o intravenosa lenta, estando contraindicado en pacientes con hiper- tensión o cardiopatía. Otra línea de tratamiento serían las prostaglandinas. El carboprost (prostaglandina F2α) se usa a dosis de 250 µg vía intramuscular o intramiometrial, pudiéndose repetir la dosis cada 15 minutos hasta un máximo de ocho dosis. El misoprostol (prostaglandina E1) se suele utilizar a dosis de 800 µg vía rectal y es una alternativa al carboprost. La administración de áci-3 do tranexámico a dosis de 1 g por vía intravenosa ha demostrado disminuir la mortalidad por hemorragia posparto, sobre todo cuando se administra en las primeras tres horas del episodio7, 10, 11 . Cuando no hay respuesta al tratamiento médico de la atonía uterina, así como cuando existe retención de restos placentarios o desgarros obstétricos, el tra- tamiento debe ser quirúrgico1-5, 8. Un paso intermedio y a veces definitivo para conseguir la hemostasia es la utilización del balón de Bakri,que comprime el miometrio desde el interior del útero12, 13. Es de elección en caso de atonías uterinas tras partos vaginales que son refractarias al tratamiento médico para evitar la cirugía o para el traslado a un centro con mayores recursos. Tam-1 8 bién se podría considerar la embolización arterial selectiva en caso de dispo- ner de radiología intervencionista1, 2, 5, 8. El tratamiento quirúrgico de la atonía uterina incluye las ligaduras vasculares, las suturas de capitonaje y plicatura. En situaciones en las que no sea posible el control de la hemorragia se debe recurrir a la histerectomía obstétrica1-5, 8 . Los cuidados de la paciente tras una hemorragia posparto dependen de la cuantía de la misma, de la etiología, los tratamientos requeridos y las repercu- siones en el organismo. En ocasiones es preciso el ingreso en una Unidad de Cuidados Intensivos, pero en la mayoría de casos es posible el control en la 62