ARCHIVOS CLÍNICOS EN GINECOLOGÍA Déficit de hierro y anemia ferropénica Como se ha comentado, la anemia ferropénica y el déficit de hierro son muy prevalentes en trasplantados renales ya que el metabolismo del hierro se ve alterado por múltiples mecanismos. Muy frecuentemente se produce una disminución de la absorción del hierro como consecuencia de niveles elevados de hepcidina en plasma (tanto por elestado proinflamatorio que conlleva el trasplante con aumento de interleucina-6 (IL-6), como por un menor aclaramiento de la misma. Además, se produce un aumento del consumo7 del hierro debido a una mejor eritropoyesis tras recuperarse la función renal. En algunos casos, pese a tener unas reservas adecuadas de hierro, este no está disponible de manera eficaz, lo que se conoce como “déficit de hierro funcional”.8 Las consecuencias de la anemia materna sobre el feto, tanto en mujeres sanas como en portadoras de trasplante renal, son las mismas, si bien más frecuentes en estas últimas, destacando el aborto espontáneo, parto pretérmino, bajo peso para la edad gestacional y alteraciones congénitas3, 4, 6. Asimismo, la anemia, e incluso el déficit de hierro independientemente del estado anémico, en pacientes con trasplante renal, se asocia con mayor riesgo de fallo del injerto y mayor mortalidad a largo plazo9,10 . Ante el hallazgo de niveles de hemoglobina inferiores a 11 g/dL en una gestante con trasplante renal, deben descartarse las causas de anemia reversibles y realizar hemogramas de control cada 2-4 semanas.2 Existe controversia sobre cuál es el mejor manejo de la anemia en estas pacientes. Habitualmente, se acepta como terapia inicial la ferroterapia oral. La ferroterapia intravenosa puede ser útil, si no se tolera la vía oral, la paciente está muy sintomática o está en tratamiento con agentes estimulantes de la eritropoyesis.2Las transfusiones sanguíneas son objeto de debate, pues pueden derivar en efectos adversos (como aloinmunización o enfermedad de injerto contra el huésped) por lo que debería ser el último escalón terapéutico únicamente cuando las otras medidas no hayan sido eficaces y siempre valorando el riesgo-beneficio en cada caso.4 En un estudio retrospectivo se observó anemia en 67 gestantes con trasplante renal (85%). Todas ellas fueron tratadas con ferroterapia oral. Solo seis de ellas precisaron otros tratamientos, debido a que los niveles de hemoglobina no superaron los 9 g/dL tras tres semanas de tratamiento.3 15